domingo, 10 de mayo de 2015

¡¡El diamante mandarín!!


Sabías que los pájaros, para aprender nuevas melodías, tienen una especie de sueño (por las noches) donde “tararean” por así decirlo las nuevas melodías que han escuchado a lo largo del día.

 En experimentos con diamantes mandarines jóvenes, los expertos hallaron que mientras están aprendiendo nuevas melodías, las neuronas de las aves tienen una actividad similar mientras duermen a la que se produce cuando cantan en la vigilia. Lo que indica un mejor aprendizaje a la hora de cantar.
De la misma manera sucede con los pájaros que viven en las ciudades, aunque estas aves canten durante un espacio de tiempo más breve debido al estrés del tráfico, que se puede oír desde su jaula. También se debe a la luz de las farolas, los expertos determinaron que los machos que viven en el bosque, empiezan a cantar mucho más temprano al alba que sus compañeros, lo que implica que duermen menos y, además, se exponen más a posibles depredadores. Aunque eso también hace que las hembras se apareen más con ellos, por lo que tienen más descendencia.
Que las aves canten más en primavera no es casual, Científicos de la Universidad de Oxford, han identificado un gen en las aves que produce una molécula sensible a la luz en el hipotálamo, una región del cerebro vinculada a la regulación del hambre, el sueño y el deseo sexual. Esta molécula, activa el sistema reproductivo de las aves, al coincidir el apareamiento con el cambio de estación, las aves se aseguran de que habrá más comida disponible para sus crías cuando nazcan, según los investigadores.

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